28 de enero de 2013

Más de 500 días con sus noches

La última vez que anduve por estos lares tenía planeado escribir esa misma noche, eso fue por allá del 16 de junio de 2011.

No recuerdo con precisión pero probablemente esa noche fue una de esas en las que el dolor de estómago me derrumbaban y ya no quería saber nada, una de esas ocasiones en las que sangraba al ir al baño, en las que mi sistema digestivo se volvía loco y me sentía morir.

En esas fechas todavía estaba trabajando en Sinergia Industrial como Jefe Editorial y mi vida, aunque empezaba a complicarse en la salud, era de lo más monótono. Unos pocos días después y debido a retardos, faltas y salidas temprano a consecuencia de malestares estomacales dejé de trabajar; decidí abrir mi propio negocio pero cada día me sentía más y más enfermo por lo que no metí enjundia al proyecto y se fue para abajo.

Así que enfermo y todo comencé a buscar trabajo, lo hice sin muchas ganas pues cada vez los dolores eran peores, comencé a bajar de peso y mi piel tomó una coloración verdosa. Así, sin empleo, mal comido (por la falta de ingreso), cada vez más enfermo y "deprimido" acabó ese 2011.

En 2012, según yo sería mi año, tenía planes de sacar adelante mi negocio; creía que todo mejoraría debido a que la Diosa Fortuna me sonreiría. Al haber nacido yo en un año del Dragón y 2012 ser año de este mismo ser mitológico me dije: Ahora si no va a haber quien te pare, vamos con todo Jorge.

Sin embargo y contrario a eso, ese ha sido el año más complicado de mi vida.

Los primeros 2 meses siguieron igual que el final de 2011, enfermo y sin chamba pero para el 15 de marzo y ya debido a tanta dolencia fui a que me hicieran una colonoscopía; fue ahí donde inició todo.

Resultó que se me detectó un tumor canceroso que ocupaba el 85% de la luz intestinal; después de un primer diagnóstico y el shock decidí atenderme en el Instituto Nacional de Cancerología (INCAN) ahí fui por primera vez el 27 de marzo de 2012.

En el INCAN se confirmó el diagnóstico y comencé el tratamiento para vencer a la enfermedad. 

El 1º de Mayo me interné para que al día siguiente se me realizara una laparoscopía por medio de la cual se extirpó el tumor que ya era del tamaño de una toronja y tocaba al Hígado, el Diafragma así como los intestinos delgados.

Por una complicación durante la laparoscopía se me perforó el intestino delgado por lo que de emergencia se me operó nuevamente el día 4 de mayo, siendo en esta ocasión cirugía tradicional.

La recuperación tardó 11 días en los cuales estuve internado, con suero, con sonda nasogástrica, sonda foley (para orinar), catéter de alimentación periférica y sin alimentos ni bebidas durante 10 de esos 11 días. Todos los días, desde el siguiente a la cirugía tuve que estar caminando para activar los intestinos; incluso hubo un día en que estuve de pie alrededor de 12 horas seguidas.

Una vez terminada la recuperación y después que se analizó el tumor en patología se determinó que requeriría 8 ciclos de quimioterapia con Oxaliplatino y Xeloda. El ciclo consistía en 1 quimioterapia de 5 horas para la aplicación del Oxaliplatino por vía intravenosa y 14 días de la ingesta del Xeloda a razón de 7 pastillas por día; repitiéndose cada 3 semanas. El tratamiento duró 6 meses en los cuales sufrí de nauseas y del llamado síndrome mano píe.

Debo confesar que previo al inicio de la quimioterapia entre en crisis, lloré todo un día por 2 motivos, uno de ellos fue el temor a los efectos secundarios del tratamiento; el otro, el que más lágrimas me causó, fue saber que el cáncer ya estaba avanzado y la lucha sería más fuerte.

En este punto es conveniente precisar que, de acuerdo a los resultados de patología, mi cáncer se encontraba en Etapa IIIB, se encontró un ganglio ya infiltrado por la enfermedad y las células cancerosas eran del tipo moderadamente diferenciadas lo que implicaba que: el proceso metastásico podía estar comenzando y haber brotes de cáncer en otras partes del organismo y que se trataba de un cáncer medianamente agresivo.

Volviendo al punto de la quimioterapia, cabe destacar que para poder llevarla a cabo tuve que buscar el apoyo de las personas, esto debido a que cada ciclo rondaba los 13mil pesos y no hay dinero que alcance para cubrirlo. Por fortuna recibí el apoyo de la Fundación Teresa de Jesús, quienes además de darme el medicamento me apoyaron con terapia psicológica y un curso de atención plena; ambos lograron cambiar mi vida radicalmente.

El 14 de Noviembre terminó mi tratamiento e inició la etapa de seguimiento, primero ha sido muy estrecha (cada mes) pues el hígado se inflamó y temían una metástasis en él; pero después de realizar una tomografía y ver todo limpio las citas se irán postergando.

Por fortuna y gracias a muchos factores (mi fortaleza, la fe en Dios, el cariño, el apoyo de la FUTEJE, etc ) vencí al cáncer y ahora soy un sobreviviente de la enfermedad.

Sin embargo el finalizar la quimioterapia no fue el final de la mala racha, este se daría 11 días después al enfrentar el fallecimiento de uno de mis hermanos; ha sido una delas experiencias más dolorosas de mi vida.

Ahora, ya después de haber pasado por todas estas cosas me siento un ser humano diferente, fuerte, capaz de enfrentar lo que venga, agradecido con Dios, afortunado de tener a mi al rededor gente que me ama, ahora se que la vida es sólo un instante, que no hay ayer ni mañana sólo el ahora y con él hay que hacer lo mejor posible.

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